El factor femenino

 

9 de febrero de 2018

Por Linda Gail Bekker, Presidente de la Sociedad Internacional de SIDA (IAS)

 

Aunque las mujeres no tienen mucha representación en muchos campos de la ciencia, la historia del VIH no se puede contar realmente sin enfocarse en las contribuciones críticas de las mujeres.

Durante los últimos 25 años, he trabajado como médico científico en este campo con un enfoque particular en atender las necesidades de las comunidades pobres y vulnerables en el África subsahariana. El papel crítico de las mujeres es una de las muchas razones por las que el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia es un día especial para mí.

Las contribuciones científicas de las mujeres en el campo del VIH se remontan al descubrimiento del VIH. Françoise Barré-Sinoussi junto con Luc Montagnier recibieron el Premio Nobel de Medicina por su informe de 1983 sobre un virus recientemente identificado, ahora conocido como VIH. Este descubrimiento abrió la puerta a las pruebas de VIH, a la comprensión de la patogénesis de la infección por VIH y, finalmente, a las terapias antirretrovirales altamente eficaces que ahora tienen una amplia utilización.

Como científicas, investigadoras y ejecutoras de programas, las mujeres han estado al frente de los avances científicos más importantes en la respuesta al VIH, incluida la prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo y el uso de la terapia antirretroviral para la prevención del VIH. Las mujeres han encabezado la investigación para desarrollar microbicidas y otros métodos de prevención controlados por mujeres. Y las mujeres científicas han documentado las fuertes asociaciones entre la infección por VIH y la violencia sexual y de género.

Aunque es imposible nombrar las muchas mujeres que juegan papeles clave en el progreso científico, me gustaría compartir algunos ejemplos específicos de algunas mujeres que están al frente de la ciencia del VIH en todo el mundo.

En África, Agnes Binagwaho, como Ministra de Salud de Ruanda, lideró la transformación del programa de VIH y el sistema de salud del país. Hoy, Ruanda parece estar en camino de alcanzar los objetivos 90-90-90 para el 2020 y es un líder mundial en la búsqueda de la cobertura universal de salud.

Glenda Gray en Sudáfrica dirige dos de las principales pruebas de eficacia de la vacuna contra el VIH que están actualmente en curso. Como jefe del National AIDS Control Council (Consejo Nacional del Control del SIDA) en Kenia, Nduku Kilonzo ayuda a liderar un esfuerzo visionario en la prevención del VIH.

Nittaya Phanuphak es una pionera y una defensora de los servicios de prevención que dirige la comunidad en Tailandia. Beatrice Grinsztejn de Brasil es una científica líder en temas de prevención y tratamiento del VIH y en lo que respecta al impacto de la epidemia en las comunidades transgénero.

En América del Norte, la Embajadora Deborah Birx lidera el programa de asistencia bilateral más grande del mundo: el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del SIDA (PEPFAR, por sus siglas en inglés), el cual se enfoca en una sola enfermedad.  Las contribuciones de Wafaa El-Sadr como científica líder del VIH se reconocieron por la Fundación MacArthur, que le otorgó una de sus prestigiosas genius grants. (Becas otorgadas por la fundación).

La historia del liderazgo científico de las mujeres sobre el VIH se basa en un legado de aportes científicos que ellas han hecho y que se remota mucho tiempo atrás. En generaciones anteriores, el trabajo de las líderes científicas Dhanvanthi Rama Rau, Margaret Sanger y Marie Stopes, creó los primeros programas de planificación familiar.

Las mujeres lideraron las primeras investigaciones sobre los vínculos entre enfermedad y condiciones de trabajo, las cuales dieron lugar al campo de la salud ocupacional. A finales del siglo XIX, Marie Curie ayudó a descubrir el elemento radioactivo radio, que poco después comenzó a utilizarse para el tratamiento del cáncer.

Las contribuciones de las mujeres en los avances científicos del VIH y otros desafíos de salud pública son importantes por varias razones. Los desafíos científicos tan urgentes como la búsqueda de una cura contra el VIH o una vacuna preventiva son demasiado importantes para excluir las contribuciones de la mitad del grupo de expertos colectivos del mundo. Pero la participación científica de las mujeres sirve para otro propósito muy importante.

En la ciencia, como en otros campos, la participación de las mujeres en posiciones de liderazgo hace que sea más probable que se aborden los problemas de las mujeres de manera efectiva. Con las mujeres que representan más de la mitad de toda la gente que vive con el VIH a nivel mundial, necesitamos el liderazgo científico de las mismas para garantizar que las necesidades y los problemas únicos de las mujeres ocupen un lugar destacado en la agenda científica del VIH.

Con mi mentora Gilla Kaplan, mi propia carrera se ha beneficiado en gran medida por el generoso reconocimiento y por las oportunidades interesantes que ofrece esta gran investigadora de la tuberculosis. Como madre, también he experimentado lo difícil que puede ser equilibrar la habilidad de crecer en tu carrera profesional mientras formas una familia.  El don del respeto mutuo, la colaboración y el compañerismo de muchos colegas maravillosos en todo el mundo, me ha permitido usar mi voz e influencia para aquellos que no han tenido acceso a los mismos sistemas de apoyo.

Apoyar en vez de castigar a las mujeres que deciden combinar su carrera profesional y la familia fortalecerá la cohesión y la productividad en el lugar de trabajo, así como también garantizará que se tenga un canal constante información de mujeres líderes en la ciencia. Eso significa que es necesario invertir en una nueva generación de niñas y mujeres que puedan convertirse en las líderes científicas del VIH en el futuro.

La Sociedad Internacional de SIDA (IAS) hace su parte para garantizar la igualdad de género en nuestros propios programas. En 2017, casi la mitad de los becarios de IAS en la iniciativa de la organización Towards an HIV Cure (Hacia la cura del VIH) eran mujeres jóvenes.

Así que, mientras que el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia es un momento para honrar y celebrar la larga historia del liderazgo científico de las mujeres, debería tener un reconocimiento más amplio e ir más allá que un solo día. El lugar que tiene la ciencia hoy en día no sería posible sin el factor femenino, sin las muchas mujeres valientes y comprometidas que inspiran, innovan y construyen mientras educan a la siguiente generación. 

Fuente original: www.iasociety.org/The-latest/Blog/ArticleID/170/The-female-factor